Una Nueva Visión del Karma

En las cámaras del tiempo aún resuena hoy el Sí que todos pronunciamos cuando nos preguntaron si estábamos dispuestos a servir en el planeta que llamamos Tierra. Desde diferentes moradas cósmicas, desde diferentes cuadrantes de este Universo Madre, legiones de seres se han trasladado aquí con la tarea de ayudar en la elevación de este sistema a una dimensión eléctrica y ya no friccional, permitiendo que la Kundalini del Logos Planetario pueda elevarse desde su Plexo Solar, donde actualmente se encuentra polarizada, hasta el Chakra del Corazón donde se estabilizará después de los cambios que por venir.

Sí, porque cuando dices que este planeta está animado por una Conciencia Logos, lo que realmente estás diciendo es que las Doce Tierras Dimensionales están vivificadas por ella, siendo cada una la representación simbólica del sistema Chacraico sistema del Hombre mismo. La Humanidad de la Tercera Dimensión es, por lo tanto, una expresión de la energía del Tercer Chakra. De este modo, la Humanidad de la Tercera Dimensión es una expresión de la energía del Logos del Tercer Chakra, y hoy la conciencia del Hombre avanza hacia la sintonía con la energía del Chakra Corazón del Logos donde se polariza con la nueva expresión dimensional del planeta: la llamada Nueva Tierra.

Cuando llegamos aquí se nos encomendó una tarea, una función específica dentro del plan que la Jerarquía ha trazado y del que formamos parte de un inmenso engranaje en el engranaje cósmico. Esta tarea, esta función oculta que nos corresponde manifestar, es la verdadera razón de que estemos aquí.

Es necesario, por esta misma razón, mirar el karma a través de los ojos reales de quienes no pertenecen a este sistema evolutivo, habiéndose sacrificado a él como forma de permitir la Ascensión del planeta.

Como servidores del Plan, ninguno de nosotros pertenece a este Universo-Tierra. Este no es nuestro hogar: el lugar donde encarnamos por primera vez cuando abandonamos los planos planos superiores de la Vida. Estamos en este planeta para Servir y como tal, toda nuestra reencarnación y como tal, todo nuestro proceso reencarnacional fue dirigido a este único Propósito.

Cuando nos llamamos para ayudar al planeta Tierra a dar un salto evolutivo, se nos encomendó la tarea que realizar durante este tiempo de transición. Esta tarea es la que estamos destinados a realizar en esta encarnación.

No hemos venido a este planeta para vivir la encarnación del el rey, el mendigo, el sacerdote, el caballero, el maestro y el el aprendiz. No hemos venido a vivir el odio, el egoísmo, la envidia y la superación de todo ello a través de diversas virtudes. No hemos llegado a saber lo que es ser pobre y lo que es ser rico a experimentar el amor y el desamor, a luchar y a pacificar... ¡No! Hemos venido para esta única vida; la que hoy vivimos y que es la razón de ser de toda nuestra experiencia terrenal.

Pero para que el actor desempeñe su papel en la obra de la que forma parte, tiene que prepararse a lo largo de meses de ensayos que no son otra cosa que todo nuestro proceso de reencarnación en este planeta.

¿Y el Karma? ¿Qué es el Karma para estos servidores?

Es ese largo ensayo de una obra teatral cuya función es preparar a los actores para el Gran Estreno. Nada más que ¡Eso es todo! Todas las vidas que hemos tenido han sido eso... una larga preparación para la encarnación de hoy.

Mira la responsabilidad y la importancia de todo lo que estamos viviendo ahora... Tengamos esa Conciencia Presente y empecemos a valorar cada instante, cada aliento de esta vida, porque estos momentos están hechos de oro.

Y de la misma manera que los ensayos de una obra de teatro no condicionan la letra escrita de la obra, porque antes de ensayar ya está hecha, así todas las experiencias que hemos tenido no han cambiado la letra de lo que tenemos que hacer hoy como los servidores que somos. Estas experiencias fueron sólo el engrase del mecanismo para la representación final.

Dentro del tiempo lineal decimos que nuestras vidas pasadas han sido escritas una a una, en secuencia cronológica, estando esta escritura condicionada por las acciones realizadas anteriormente. Esta es la visión tradicional del karma. Pero no estamos aquí para servir al tiempo lineal que es una ilusión. De hecho la primera vida que se escribió fue esta, la última. Y fue a partir de lo que se escribió para esta última vida, que todo lo demás sucedió para hacer posible llegar aquí con los instrumentos necesarios para cumplir nuestra función nuestra función como siervos que somos.

Así pues, el karma funciona hacia atrás y no hacia hacia delante. Existe para un propósito bien definido y no como resultado de la arbitrariedad de la elección humana. Un siervo no tiene nada que elegir, aunque todavía pueda estar sumido en la ilusión de pensar que sí estar sumido en la ilusión de pensar así, pues ya ha experimentado esa experiencia en otra parte del universo. Simplemente cumple los ciclos de reencarnación, entretejidos en la geometría exacta que le llevará a donde tiene que ir, y luego parte de vuelta a casa sin mirar atrás.

Para desempeñar nuestro papel en este momento de transición planetaria, fue necesario preparar instrumentos para cumplir nuestro papel. Fue en función de esta necesidad, de aquello que era esencial para el cumplimiento de la que todas nuestras vidas pasadas existieron y que todo nuestro karma fue generado.

Es erróneo que un servidor diga que una dificultad especifica en su estructura tridimensional ahora es el resultado del karma creado en una vida pasada y, por tanto, una fatalidad que tiene que aceptar hasta que se resuelva. ¡No!

Era necesario para el desarrollo de su tarea, de la razón de ser de todo lo que le hizo venir a este planeta, que su estructura tridimensional estuviera condicionada por estas  dificultades, por eso se generó el karma en el pasado.

Todo existe en función de lo que estamos experimentando hoy. Todo fue tejido, experimentado, para que cuando despertáramos a nuestra función de servidores, tuviéramos en nuestras manos todos los instrumentos, y como estos instrumentos tienen que forjarse en la dimensión donde el servicio tiene lugar, fue necesario este largo proceso reencarnacional de moldeado del equipo que finalmente utilizaremos.

Hoy el ensayo ha terminado. Se ha levantado el telón y el público nos observa... Ha llegado el momento de dejar que nuestro Arte fluya en el escenario de este mundo y deleite al público sediento de una frescura desconocida. Dejemos que la Nueva Tierra manifieste a través de nuestra representación, pues fue para esto que nos hemos preparado a lo largo de muchos miles de años de experiencia.

De hecho, esta es nuestra única y verdadera encarnación en este planeta.


Del libro Reflexiones Espirituales para una Nueva Tierra
https://www.pedroelias.org/es/libros

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