Se necesita una nueva mirada sobre este tema. Una nueva comprensión necesita anclarse en nosotros para que podamos ser conscientes del significado real del proceso de ascensión.
De hecho, nadie asciende. Esta es una de las muchas ilusiones en las que estamos inmersos. Y nadie asciende porque ya somos plenamente Divinos. ¿A dónde queremos ascender, de todos modos? Ya estamos, como Esencia, en el pico más alto del Universo Vertical. Somos Uno con lo Divino. Somos Dios mismo en el tiempo, cumpliendo parte de una tarea cuya única función es la elevación de la sustancia universal al Centro que le dio expresión.
El proceso de ascensión no se trata de nuestra conciencia profunda, sino de la sustancia que es nuestra responsabilidad desarrollar en las sucesivas etapas de la existencia temporal. Es la sustancia del universo la que asciende, no la conciencia.
Por lo tanto, conceptos como "Maestro Ascendido", por ejemplo, tienen que ser completamente redefinidos. De hecho, no hay Maestros Ascendidos, sino Maestros de Sustancia Ascendida. Fue la sustancia de sus cuerpos, trabajada en etapas sucesivas, la que ascendió a niveles superiores de la manifestación cósmica y no la conciencia profunda de estos Maestros, porque si el foco está arriba y no abajo, entonces no hay ascensión sino el recuerdo de esta conciencia en el centro de donde emanó.
El proceso de ascensión planetaria en curso está, por lo tanto, relacionado con la sustancia del planeta Tierra que ascenderá una dimensión. Todas las conciencias encarnadas en este universo temporal tienen como única función elevar la sustancia, en sus diferentes niveles, a un estado inmaculado. Depende de todos nosotros, por lo tanto, trabajar la sustancia de este planeta para que un día podamos entregarla, adecuadamente refinada, en los dulces brazos del aspecto femenino del Universo. Esa es nuestra única función en este mundo, sintetizar toda sustancia en un punto de Luz que será llevado al altar del Ser Supremo.
Esta es la razón que hizo que lo Divino se desplegara en infinitas conciencias, prolongaciones de la única Vida existente, permitiendo así que la sustancia de este Universo temporal se reintegrara en el núcleo de su presencia eterna.
Nuestra conciencia no asciende, sólo se retira al Centro Mayor desde donde es una emanación del infinito. Y es precisamente de este recuerdo que la conciencia trae consigo la sustancia naciente.
Sólo el reino humano puede hacerlo. Otros reinos, como el desviado y el angélico, no tienen esta función. No es su tarea trabajar la sustancia en la síntesis a realizar, sino ayudar en esta tarea proporcionando las herramientas necesarias que nos permitan cumplir la misión que nos ha traído desde el Universo Estacionario Superior a un Universo Espacio-Tiempo.
Cuando encarnamos en este Universo, nos entregaron arcilla cruda y nos dijeron: "Trabaja con el fuego de tu Espíritu". En las sucesivas etapas de esta Gran Encarnación, esta arcilla fue moldeada, ganando forma y brillo. Un día, dentro del proceso lineal-temporal, esa misma arcilla se transformará en Luz, y esa Luz regresará a lo Divino.
Esta es la razón de nuestra existencia dentro de este universo temporal. Nada más se nos exige que la transubstanciación de esta arcilla, cumpliendo nuestra Tarea Mayor: el retorno de la sustancia al centro que le dio expresión.
Del libro Reflexiones Espirituales para una Nueva Tierra
https://www.pedroelias.org/es/libros